Quemaduras solares

Quemaduras solares

La exposición a la luz solar sin la debida protección, puede producir que nuestra piel se dañe. Es la llamada quemadura solar. Suele aparecer unas horas tras la exposición a la luz ultravioleta (UV) proveniente del sol o de fuentes artificiales (como las lámparas solares). 

Síntomas de las quemaduras solares


Los síntomas de una quemadura solar son: enrojecimiento de la piel expuesta que además estará caliente al tacto. Sensación de picazón, tirantez y dolor. Inflamación ocasional y en casos de quemadura severa aparición de ampollas llenas de líquido. También podemos tener quemaduras solares en los ojos que los notaremos irritados y con sensación de cuerpo extraño (como con arena).

En casos graves puede aparecer sintomatología sistémica como fiebre, dolor de cabeza intenso, escalofríos nauseas y vómitos, desorientación o sensación de mareo… Estos casos son los llamados “insolación” y suponen una urgencia por la que hay que consultar al médico.

Cómo evitar las quemaduras solares


La mejor forma de evitar las quemaduras solares es protegiéndonos contra la radiación ultravioleta proveniente del sol.

Nuestra piel tiene una protección natural con esa radiación que es la melanina. Este pigmento natural se activa con la exposición a la radiación UV y es el responsable del bronceado de nuestra piel, pero tiene un límite. Ese límite está predeterminado genéticamente y tiene que ver con el tipo de piel. Cuanto más clara es ésta menos melanina es capaz de producir y por consiguiente menor protección tendrá a la radiación UV. Lo mismo sucede con los ojos azules o grises y con el pelo rubio o rojizo.  Es decir, cuanto más clara sea la piel, mayores medidas de protección contra la luz solar necesitará. Por otra parte, hemos de dar tiempo a nuestra piel a que produzca melanina por lo que la exposición solar debe ser progresiva, y no darnos un “atracón de sol” el primer día de vacaciones, ya que nos quemaremos y esa piel ya estará dañada y con mayor facilidad para volverse a quemar.

Quemaduras Solares

Cuidado con cicatrices y heridas


Debemos poner especial atención en las pieles dañadas previamente como son las zonas cicatriciales ya sea por heridas, intervenciones quirúrgicas o quemaduras previas, así como la piel de los bebes y niños pequeños.  

La prevención deberemos hacerla evitando las horas centrales del día para estar expuestos al sol. Buscar sombras y lugares frescos siempre que sea posible. Hidratarnos con frecuencia. Usar ropa que nos cubra los lugares del cuerpo que exponemos con menos asiduidad durante todo el año. (Es más fácil quemarnos y necesitará exposiciones menores la espalda, los hombros… que el rostro, las manos o los antrebrazos ya que durante muchos meses usamos manga corta o pantalones cortos). Usar cremas de protección solar con índice superior a 30. Usar gafas de sol y sombreo o gorra. 

Quemaduras solares en días nublados


Las quemaduras solares también se pueden producir en días nublados, ya que los rayos UV son capaces de atravesar las capas de nubes hasta en un 80%. Por ello, cuando vamos a lugares altos (alta montaña) la luz solar tiene menos metros de atmósfera que atravesar hasta incidir en nuestra piel, por lo que la puede quemar. Entonces ¿por qué nos quemamos más en la playa o en el mar? Porque la radiación se refleja en el agua o en la arena e incide en nuestra piel repetidamente y desde diferentes ángulos. Lo mismo sucede en invierno cuando la nieve refleja la radiación UV. Además en la mar el aire está muy saturado de salitre que se pega a la piel y esos cristales de sal hacen de prisma, reflejando aún más la luz solar.   

Consecuencias de las quemaduras solares


La piel dañada por quemaduras solares severas o repetidas, provocará un debilitamiento del tejido conjuntivo, que reduce la resistencia y elasticidad de la piel lo que hará que envejezca antes y peor. Puede provocar arrugas profundas por deshidratación al igual que piel seca y áspera. Aparición de pecas y manchas tanto oscuras como decoloradas. Puede dar lugar a la aparición de lesiones precancerosas llamadas queratosis actínicas y queratosis solares. También puede dar lugar a la aparición de cáncer de piel.

Esto no quiere decir que el sol sea malo. Muy al contrario, el sol es necesario para la vida y es necesario en los humanos para evitar patologías muy severas como el raquitismo o la osteoporosis. Estas se producen por un déficit de vitamina D, lo que impide el correcto metabolismo del calcio y fósforo.

Por ello debemos exponer nuestra piel al sol, para que pueda generar y activar la vitamina D, pero como siempre en medicina, debemos hacerlo usando el sentido común, y evitando quemarnos.

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