El cuerpo humano tiene sus mecanismos de defensa para protegerse del calor. Es capaz de sudar de manera que la humedad generada en la piel se evapore y ello haga que la superficie baje de temperatura. Además nuestro cerebro nos indica instintivamente que busquemos los puntos más sombríos y frescos evitando la exposición al sol, y nos indica que nos hidratemos por medio de la sensación de sed.
En días muy calurosos debemos tener especial cuidado con colectivos de personas especialmente vulnerables al calor, como son los bebes y niños muy pequeños, las personas mayores, las mujeres embarazadas y los paciente con patologías crónicas sobre todo en insuficiencia renal crónica.
Como recomendaciones generales, en días con temperaturas elevadas recomendamos:
Especial interés en la gente mayor ya que muchas veces no sienten sed, rechazan beber agua y no sienten calor, por lo que tienden a abrigarse más de la cuenta.
Los niños pequeños deben jugar a la sombra.
Ante una exposición al calor importante podemos enfrentarnos a un “golpe de calor”. Los signos y síntomas que nos debe de poner en sobre-aviso son:
Debemos actuar de forma rápida, colocando al paciente en un lugar fresco, bien aireado y casi sin ropa. Se trata de una urgencia médica por lo que debemos avisar a los servicios de emergencia. Mientras estos llegan debemos realizar baños con agua fría lo antes posible, ya que habitualmente las víctimas de un golpe de calor no pueden sudar por lo que ayudarles a eliminar calor de esta forma.Si está consciente le daremos a beber agua fresca a pequeños sorbos y no de golpe.
Realizar masajes de la piel, puesto que ayudan a acelerar la pérdida de calor y estimulan el retorno de la sangre periférica fría al cerebro y a los órganos calientes.
Trasladar siempre al paciente al servicio de urgencias de un hospital, de forma urgente.
Seguro que siguiendo estas sencillas recomendaciones no será necesario tomar ninguna medida de emergencia.
Tú, ¿Cómo sueles combatir el calor?